7 de octubre de 2013
6 de octubre de 2013
5 de octubre de 2013
4 de octubre de 2013
HOMBRES APLASTADOS
Los hombres aplastados son aquellos seres que perdieron su apuesta con la vida. Esos hombres que se ven en los parques, sentados sin mirar a ninguna parte, existen sin saber què existen, son los hombres aplastados por la vida, aplastados por el sistema econòmico; vencidos por el raudo aparato productivo del èxito y la prosperidad; aplastados por la infernal aplanadora de la tecnologìa y su adictiva compulsiòn de estar a la moda por presiòn de la masa, la publicidad anestesiante y lavadora de cerebros dèbiles; hombres y mujeres que no lograron integrarse al circuito de los ganadores ni pudieron ser registrados en la cadena productiva de los èxitosos, intentando sobresalir en la maraña de comptencia, producciòn y consumismo que marca el sendero de millones de seres en el mundo.
Hombres aplastados se encuentran por las calles caminando sin rumbo definido. Dan vueltas en cìrculo sobre los mismos sitios que ya anduvieron, dejando en ellos impresiones profundas, quizàs el olvido en que pronto se convertiràn. Estos seres tienen una aura apagada. Son seres sombrìos. Cuando se les mira a los ojos, se les nota las miradas apagadas. Sus ojos no tienen brillo. Proyectan una tristeza infinita en sus rostros, gestos y actitudes. Por regla general la edad de estas personas es imprecisa. Usan ropas de colores apagados, de tono grisàceo. Son seres intemporales. No parecen pertenecer a ninguna època. La moda nunca los tocò porque son inmunes a su tiempo. Son los hombres y mujeres invisibles que tiene cada ciudad del mundo.
Un hombre aplastado lo es porque no quiere luchar para lograr nada màs que lo bàsico para subsistir. Porque tampoco su capacidad, su intelecto y talento le da para surgir. Un hombre o mujer aplastado tambièn lo es porque su esencia misma, el brillo de su ser es tan tenue y apagado que jamàs podrà brillar en el firmamento del èxito y oportunidades de la tierra. Muchos de los hombres y mujeres aplastados tampoco surgiràn en nada importante asì lo intenten. Ellos estàn marcados para ser hombres aplastados. No les interesa la polìtica, ni la cultura, ni el deporte. No les interesa en particular nada. Sòlo quieren existir, vivir. Adaptados como tìteres mansos al engranaje monstruoso del Establecimiento con sus tentàculos infernales de la publicidad en una sociedad compulsiva por consumir, producir y "ser felices" en la molicie de los objetos y comodidades modernas. Tampoco el hombre aplastado tuvo la capacidad de integrarse al mundo de los negocios, el arte u otra actividad sobresaliente. Al considerarse un hombre no apto para actividad alguna, èste tipo de individuos se vuelve alcohòlico, drogadicto o cae en ambos estados. Nacen, viven, producen, consumen y mueren en un un tipo de marginamiento social que a los poderosos del Sistema Econòmico y el Establecimiento les conviene mantener.
Los hombres aplastados son un grupo social marginal. Cuando hay guerras devastadoras, de gran intensidad bèlica, mueren por millones. Quedan en el registro inmoral de la historia como duras y sangrientas tragedias humanas y punto. Pero en el fondo ni a los historiadores, ni a los polìticos, ni al Establecimiento, ni a nadie en particular le importa que hayan muerto miles o millones, da lo mismo; son simples hombres aplastados. Son sòlo nùmeros en las estadìsticas. Siempre seguiràn reproducièndose por millones en todas las èpocas y generaciones. Siempre seràn reemplazados por otros millones de hombres aplastados. Sòlo sirven e interesan para que la producciòn, la plusvalìa maligna del capitalismo no se detenga y los trust no dejen de enriquecerse cada vez màs. Y ejecuten los oficios màs bajos y oscuros de la sociedad industrializada. Son los peleles de la socorrida y mil veces alabada democracìa, estùpidamente idolatrada por los medios de comunicaciòn del mundo.
El hombre aplastado se convierte en el hombre marioneta que utilizan para la guerra como carnada y para la polìtica como idiota ùtil y descerebrado. Es usado por los polìticos inescrupulosos que idiotizan aùn màs y manipulan a estos individuos a su antojo. Son el mayor caudal de votaciòn para que subsista la farsa de la democracia porque no obstante la escasa capacidad intelectual de estos seres para decidir con criterio propio e independiente, su voto en las votaciones sì es vàlido y legal politicamente. En el fondo, los partidos polìticos deciden el destino de las naciones con la ayuda de estos idiotas ùtiles, hombres aplastados. Los hombres aplastados tienen derecho a elegir y eso lo saben muy bien los mañosos y corruptos polìticos de turno. Los hombres aplastados no brillan en nada ni aportan nada a ninguna actividad. Son individuos que cumplen actividades simples, humildes oficios, trabajos sencillos para los que no se necesita conocimiento alguno, excepto sentido comùn. Quizàs saber escribir y leer pero no un conocimiento especializado. Ellos jamàs tuvieron la oportunidad ni se preocuparon por saber lo que querìan en sus vidas.
El medio en que nacieron y se desarrollaron, tampoco les dio oportunidad de alcanzar una vida brillante y destacada. Nacieron aplastados y aplastados moriràn en un perverso juego del destino, escabroso azar de vidas condenadas al fracaso. Son seres invisibles para la sociedad porque son apenas un nùmero, una frìa y seca estadìstica en el censo electoral y de poblaciòn. Algunos logran jubilarse como obreros, dependientes de oficios varios o funcionarios pùblicos de ìnfima categorìa. Son como sombras que se arrastran por las calles y andenes de las ciudades sin mayor propòsito que existir porque nacieron para ocupar un espacio. Sòlo ocupan un espacio fìsico porque la dimensiòn espìritual de sus almas, ya està muerta.
Los hombres aplastados estàn en todas partes. Son individuos que estàn en el mundo por aquellas circunstancias del destino y el proceso evolutivo de la especie que no selecciona las especies en un proceso de perfecciòn sino con una forma aleatoria de la biologìa sin establecer quien serà triunfador, hombre pensante; individuo brillante, ciudadano analìtico e inteligente no manipulable por el Establecimiento, polìticos y multinacionales con sus perversos sistemas de propaganda, alienaciòn, embrutecimiento y adoctrinamiento colectivo, en comuniòn con la Escuela, la Religiòn y las Fuerzas Armadas del Establecimiento. El hombre aplastado es el perdedor oscuro de la sociedad moderna, su papel aunque insignificante, sostiene en muchos aspectos, el maquiavèlico orden de las instituciones pùblicas y privadas del mundo.
Hombres aplastados se encuentran por las calles caminando sin rumbo definido. Dan vueltas en cìrculo sobre los mismos sitios que ya anduvieron, dejando en ellos impresiones profundas, quizàs el olvido en que pronto se convertiràn. Estos seres tienen una aura apagada. Son seres sombrìos. Cuando se les mira a los ojos, se les nota las miradas apagadas. Sus ojos no tienen brillo. Proyectan una tristeza infinita en sus rostros, gestos y actitudes. Por regla general la edad de estas personas es imprecisa. Usan ropas de colores apagados, de tono grisàceo. Son seres intemporales. No parecen pertenecer a ninguna època. La moda nunca los tocò porque son inmunes a su tiempo. Son los hombres y mujeres invisibles que tiene cada ciudad del mundo.
Un hombre aplastado lo es porque no quiere luchar para lograr nada màs que lo bàsico para subsistir. Porque tampoco su capacidad, su intelecto y talento le da para surgir. Un hombre o mujer aplastado tambièn lo es porque su esencia misma, el brillo de su ser es tan tenue y apagado que jamàs podrà brillar en el firmamento del èxito y oportunidades de la tierra. Muchos de los hombres y mujeres aplastados tampoco surgiràn en nada importante asì lo intenten. Ellos estàn marcados para ser hombres aplastados. No les interesa la polìtica, ni la cultura, ni el deporte. No les interesa en particular nada. Sòlo quieren existir, vivir. Adaptados como tìteres mansos al engranaje monstruoso del Establecimiento con sus tentàculos infernales de la publicidad en una sociedad compulsiva por consumir, producir y "ser felices" en la molicie de los objetos y comodidades modernas. Tampoco el hombre aplastado tuvo la capacidad de integrarse al mundo de los negocios, el arte u otra actividad sobresaliente. Al considerarse un hombre no apto para actividad alguna, èste tipo de individuos se vuelve alcohòlico, drogadicto o cae en ambos estados. Nacen, viven, producen, consumen y mueren en un un tipo de marginamiento social que a los poderosos del Sistema Econòmico y el Establecimiento les conviene mantener.
Los hombres aplastados son un grupo social marginal. Cuando hay guerras devastadoras, de gran intensidad bèlica, mueren por millones. Quedan en el registro inmoral de la historia como duras y sangrientas tragedias humanas y punto. Pero en el fondo ni a los historiadores, ni a los polìticos, ni al Establecimiento, ni a nadie en particular le importa que hayan muerto miles o millones, da lo mismo; son simples hombres aplastados. Son sòlo nùmeros en las estadìsticas. Siempre seguiràn reproducièndose por millones en todas las èpocas y generaciones. Siempre seràn reemplazados por otros millones de hombres aplastados. Sòlo sirven e interesan para que la producciòn, la plusvalìa maligna del capitalismo no se detenga y los trust no dejen de enriquecerse cada vez màs. Y ejecuten los oficios màs bajos y oscuros de la sociedad industrializada. Son los peleles de la socorrida y mil veces alabada democracìa, estùpidamente idolatrada por los medios de comunicaciòn del mundo.
El hombre aplastado se convierte en el hombre marioneta que utilizan para la guerra como carnada y para la polìtica como idiota ùtil y descerebrado. Es usado por los polìticos inescrupulosos que idiotizan aùn màs y manipulan a estos individuos a su antojo. Son el mayor caudal de votaciòn para que subsista la farsa de la democracia porque no obstante la escasa capacidad intelectual de estos seres para decidir con criterio propio e independiente, su voto en las votaciones sì es vàlido y legal politicamente. En el fondo, los partidos polìticos deciden el destino de las naciones con la ayuda de estos idiotas ùtiles, hombres aplastados. Los hombres aplastados tienen derecho a elegir y eso lo saben muy bien los mañosos y corruptos polìticos de turno. Los hombres aplastados no brillan en nada ni aportan nada a ninguna actividad. Son individuos que cumplen actividades simples, humildes oficios, trabajos sencillos para los que no se necesita conocimiento alguno, excepto sentido comùn. Quizàs saber escribir y leer pero no un conocimiento especializado. Ellos jamàs tuvieron la oportunidad ni se preocuparon por saber lo que querìan en sus vidas.
El medio en que nacieron y se desarrollaron, tampoco les dio oportunidad de alcanzar una vida brillante y destacada. Nacieron aplastados y aplastados moriràn en un perverso juego del destino, escabroso azar de vidas condenadas al fracaso. Son seres invisibles para la sociedad porque son apenas un nùmero, una frìa y seca estadìstica en el censo electoral y de poblaciòn. Algunos logran jubilarse como obreros, dependientes de oficios varios o funcionarios pùblicos de ìnfima categorìa. Son como sombras que se arrastran por las calles y andenes de las ciudades sin mayor propòsito que existir porque nacieron para ocupar un espacio. Sòlo ocupan un espacio fìsico porque la dimensiòn espìritual de sus almas, ya està muerta.
Los hombres aplastados estàn en todas partes. Son individuos que estàn en el mundo por aquellas circunstancias del destino y el proceso evolutivo de la especie que no selecciona las especies en un proceso de perfecciòn sino con una forma aleatoria de la biologìa sin establecer quien serà triunfador, hombre pensante; individuo brillante, ciudadano analìtico e inteligente no manipulable por el Establecimiento, polìticos y multinacionales con sus perversos sistemas de propaganda, alienaciòn, embrutecimiento y adoctrinamiento colectivo, en comuniòn con la Escuela, la Religiòn y las Fuerzas Armadas del Establecimiento. El hombre aplastado es el perdedor oscuro de la sociedad moderna, su papel aunque insignificante, sostiene en muchos aspectos, el maquiavèlico orden de las instituciones pùblicas y privadas del mundo.
SOCIEDAD SUPERFLUA Y VANIDOSA
La modernidad ha llegado acompañada de nuevos vicios, costumbres equivocadas, instauraciòn de modas y nuevos conceptos culturales tan osados como ilògicos. Ha sido tan vertiginoso el avance de los ùltimos treinta años que la cultura de occidente, la moral y ètica, han sufrido cambios absolutos, dràsticas transformaciones y no pocas deformaciones de lo aceptado como modelo de vida y comportamiento en otra època.
Asistimos al espectàculo de una sociedad transtornada en las costumbres, condicionada por cambios tan ràpidos como coyunturales. Ya nada es permanente. Lo que era moda ayer hoy ya es obsoleto. Los sofisticados instrumentos de comunicaciòn, modernos equipos de entretenimiento, toda la gama de electrodomèsticos se vuelven anticuados en dos, tres años, quizàs menos. La tecnologìa no tiene reposo pero tan poco la magaempreas industriales que los fabrican por millones, en minutos para alimentar un capitalismo salvaje que devora en dècada las entrañas y recursos de la tierra. Los recursos de la tierra, flora, fauna y minerales que tardaron millones de años en formarse, el capitalismo los està devorando y destruyendo en pocos años.
El demencial afàn de aumentar las utilidades, ampliar mercados, desplazar a la competencia, ha convertido a las multinacionales en monstruosas fàbricas de de objetos, en apariencia para beneficio y utilidad del hom bre moderno. Pero son sòlo artefactos novedosos que idiotizan y estandarizan màs al hombre. Esos equipos e instrumentos son tan fugaces y desechables que las personas no terminan de adaptarse a un nuevo adelanto tecnico, cuando ya se ha inventado uno màs moderno y avanzado que el anterior. Dejando al comprador desorientado, frustrado. Con ansias de comprar el de ùltima generaciòn recièn salido al mercado.
El vèrtigo moderno, ha hecho de la existencia algo dramàtico, incierto. El hombre vive en una locura de tiempo y espacio. La ciencia y la tecnologìa avanza en forma inusitada, caòtica. Las vibraciones del planeta son màs ràpidas. la rotaciòn de la tierra no es la misma cuando èramos niños. En las dos o tres ùltimas dècadas el planeta avanza con mayor celeridad en su rotaciòn planetaria, lo que ha pootencializado y aumentado el ritmo vibracioinal en la naturaleza pero especialmente en la conducta del hombre. El planeta gira en frecuencias màs avanzadas y complejas lo que està produciendo cambios dràsticos y asombrosos en todos los aspectos de la vida diaria. Las mutaciones genèticas, cambios hormonales, bruscos cambios en la naturaleza, el clima. El comportamiento mismo del hombre ha entrado en uno de los perìodos màs oscuros y tenebrosos de toda la historia humana. ¿Degeneraciòn de la especie humana, degradaciòn antinatura, cambios que anticipan una nueva era, què està pasando con el hombre, la tierra y todo lo que implique la mano del hombre?
Algo sì puede afirmarse: el dìa ya no dura veinticuatro horas. Ahora los dìas son màs breves. Son cuatro, cinco o siete horas màs cortos. Diversos cientìficos lo afirman aunque otros lo desmientan. Algo està pasando y ese algo es que el mundo està girando a una velocidad endemoniada y ese cambio de la astrofìsica, ha provocado un impulso de locura en muchos actos del hombre. Quizàs por allì estèn los indicios que conducen a entender, hallar razones para explicarse la locura colectiva del hombre actual. Ese estado de frenesì que lo ha llevado a ser un ser cada dìa màs superfluo, vanidoso. Inmerso en una nebulosa de desesperaciòn por despilfarrar la existencia en minutos, dìas o meses que lo hacen vivir con plenitud todas las experiencias y sensaciones posibles, pero que muy pronto lo llevan a una muerte prematura, casi siempre tràgica. Sin que medie un avance normal de etapas y ciclos que son el proceso lògico de un ser complejo como el hombre, con un instinto animal de reacciòn a impulsos; reflejos condicionados, miedos y amenazas reales o imaginarias.
Estamos enfrentados a un mundo que ya dejò de ser un planeta distante en modas, culturas, hàbitos, noticias, acontecimientos y hechos tràgicos que nos distanciaban. Ya no. Los ultramodernos sistemas de comunicaciòn, y ràpidos medios de transporte, han acercado las antes, aparentes enormes distancias de otra època. Se hacen tan cercanos los sucesos que transcurren entre uno y otro punto del planeta , no obstante existan miles de kiòmetros que los separen. Tiene sentido afirmar que la tierra se ha empequeñecido para las comunidades. Los conceptos de Herbert Marshall McLuhan y su teorìa estrella de una "aldea global" (global village), ya no son una tesis, sino una realidad. Estos aspectos son el resultado inequìvoco de la modernidad. El avance general, acelerado de la tecnologìa sobre cualquier aspecto que involucre la presencia omnìmoda del hombre en la tierra.
Las maravillas tecnològicas estàn acompañadas de la degradaciòn en las costumbres, sustituciòn de valores, la inmediatez de todos los actos ejecutados por el hombre. Ha convertido a la sociedad occidental y en poco tiempo al resto de comunidades que se resisten al cambio, en sociedades cada màs superficiales. Que como aspecto paradòjico avanzan cada dìa màs en lo cientìfico y tecnològico pero se atrasan y estancan en lo cultural y espìritual. El hombre moderno ha alcanzado el nivel màs elevado de tecnologìa en su historia màs reciente pero ha caìdo en las màs deplorable superficialidad, convirtiendo a las modernas sociedades en muchedumbres superfluas y vanidosas.
Viven bajo un sutil pero poderoso mecanismo de adoctrinamiento impulsado por los medios de comunicaciòn, soterrados intereses del establecimiento, ocultos poderes de las èlites financieras e industriales que manejan el planeta, que manipulan el comportamiento y desarrrollo de la sociedad actual. Este aspecto transforma cada vez màs a la sociedad en una muchedumbre superflua, cuyo màximo proyecto de vida es poseer objetos que la tecnologìa fabrica en serie, por miles de millones. Que en pocos meses ya seràn obsoletos. Material reciclable para continuar en la endemoniada megraproducciòn de objetos y artefactos màs modernos. Supuesta "ùltima generaciòn de tecnologìa de punta" pero que en poco tiempo volverà a ser obsoleta, para continuar el ciclo de locura productiva y consumista sin fìn. Delirio dantesco de producciòn cuasi perpetua.
Objetos y artìculos que la poblaciòn cree necesitar de manera imprescindible para vivir. La presiòn social se hace tan intensa que este mecanismo de adoctrinamiento masificado, empuja al gran colectivo a comportarse como seres estandarizados, sin decisiòn propia. Sòlo quieren comprar obljetos de ultima tecnolgìa. Artefactos quizà sin sentido, absurdos pero que las poderosas y subliminales campañas publicitarias, manipulan en las dèbiles mentes de la poblaciòn para adquirirlos como fundamentales para su vida
Cuàntas mentiras engendradas han producido una generaciòn de personas dependientes absolutas de los ùlltimos lanzamientos de la tecnolgia, sin importar el sacrificio, los costes. Las deudas e innumerables horas//dìas de trabajo que deberàn cumplir para costear las costosas e innesarias adquisiciones. Convertidas en esclavitudes modernas, vidas sin sentido para trabajar como esclavos para satisfacer las compulsivas adicciones hacia las modernas tecnologìas.
Observamos a millones de jòvenes intoxicados de modas superfluas, barnizados de vanidad carente de fondo existencial. Sociedad moderna sometida al màs feroz e inmoral maniqueismo comercial, cayendo sin reflexiòn ni anàlisis en una demencial y asfixiante necesidad creada por embrujadoras campañas publicitarias. Para que la juventud compre, y consuma hasta el despilfarro, hartazgo de cosas, objetos que nunca necesitarà para vivir y comunicarse con los demàs. Ahora la juventud està màs aislada, màs solitaria y desdichada que en todas las èpocas no obstante disponer de ultramodernos equipos de comunicaciòn, con los que poco se comunica porque carece de espiritualidad y sentido de vida para expresar sus emociones. Su vacìo existencial es cruel y patètico. En contraposiciòn, se aisla màs, viviendo una soledad màs intensa.
La tecnologìa ha purificado al hombre hasta convertirlo en un objeto desechable que se cambia, tira, explota; desecha, utiliza. Se recicla y moderniza sin cesar como millones de artefactos, equipos y demàs instrumentos que se fabrican sin descanso para alimentar el capitalismo voraz, brutal e insaciable. Terrible encrucijada vive el hombre que no puede detener tan espantosa magaproducciòn porque se detendrìa el mundo y los efectos serìan devastadores en la economìa global. La vida cotidiana de miles de millones de hombres sufrirìa un irremediable colapso. Quizàs serìa la gran revoluciòn que el planeta necesita La primera gran revoluciòn de la postmodernidad del siglo XXI.
Pero la tecnologìa logrò otro milagro de retroceso que ninguna revoluciòn obtuvo: Estandarizò al hombre. Lo transformò en un ser seriado, sin voluntad. Manso y obediente de todas los inventos ùtiles e inùtiles vomitados por la industria. Sin conciencia ni capacidad de decisiòn para cambiar la historia. El hombre moderno quedò deslumbrado e idiotizado por tanta tecnologìa. Pero claro, la sociedad es ahora la màs superflua y vanidosa de cuantas ha tenido la especie desde su advenimiento en el planeta tierra y esto mantiene muy tranquilos y satisfechos a los grandes magnates, banqueros y lìderes secretos que manejan al mundo, con hilos de titiriteros infames.
Asistimos al espectàculo de una sociedad transtornada en las costumbres, condicionada por cambios tan ràpidos como coyunturales. Ya nada es permanente. Lo que era moda ayer hoy ya es obsoleto. Los sofisticados instrumentos de comunicaciòn, modernos equipos de entretenimiento, toda la gama de electrodomèsticos se vuelven anticuados en dos, tres años, quizàs menos. La tecnologìa no tiene reposo pero tan poco la magaempreas industriales que los fabrican por millones, en minutos para alimentar un capitalismo salvaje que devora en dècada las entrañas y recursos de la tierra. Los recursos de la tierra, flora, fauna y minerales que tardaron millones de años en formarse, el capitalismo los està devorando y destruyendo en pocos años.
El demencial afàn de aumentar las utilidades, ampliar mercados, desplazar a la competencia, ha convertido a las multinacionales en monstruosas fàbricas de de objetos, en apariencia para beneficio y utilidad del hom bre moderno. Pero son sòlo artefactos novedosos que idiotizan y estandarizan màs al hombre. Esos equipos e instrumentos son tan fugaces y desechables que las personas no terminan de adaptarse a un nuevo adelanto tecnico, cuando ya se ha inventado uno màs moderno y avanzado que el anterior. Dejando al comprador desorientado, frustrado. Con ansias de comprar el de ùltima generaciòn recièn salido al mercado.
El vèrtigo moderno, ha hecho de la existencia algo dramàtico, incierto. El hombre vive en una locura de tiempo y espacio. La ciencia y la tecnologìa avanza en forma inusitada, caòtica. Las vibraciones del planeta son màs ràpidas. la rotaciòn de la tierra no es la misma cuando èramos niños. En las dos o tres ùltimas dècadas el planeta avanza con mayor celeridad en su rotaciòn planetaria, lo que ha pootencializado y aumentado el ritmo vibracioinal en la naturaleza pero especialmente en la conducta del hombre. El planeta gira en frecuencias màs avanzadas y complejas lo que està produciendo cambios dràsticos y asombrosos en todos los aspectos de la vida diaria. Las mutaciones genèticas, cambios hormonales, bruscos cambios en la naturaleza, el clima. El comportamiento mismo del hombre ha entrado en uno de los perìodos màs oscuros y tenebrosos de toda la historia humana. ¿Degeneraciòn de la especie humana, degradaciòn antinatura, cambios que anticipan una nueva era, què està pasando con el hombre, la tierra y todo lo que implique la mano del hombre?
Algo sì puede afirmarse: el dìa ya no dura veinticuatro horas. Ahora los dìas son màs breves. Son cuatro, cinco o siete horas màs cortos. Diversos cientìficos lo afirman aunque otros lo desmientan. Algo està pasando y ese algo es que el mundo està girando a una velocidad endemoniada y ese cambio de la astrofìsica, ha provocado un impulso de locura en muchos actos del hombre. Quizàs por allì estèn los indicios que conducen a entender, hallar razones para explicarse la locura colectiva del hombre actual. Ese estado de frenesì que lo ha llevado a ser un ser cada dìa màs superfluo, vanidoso. Inmerso en una nebulosa de desesperaciòn por despilfarrar la existencia en minutos, dìas o meses que lo hacen vivir con plenitud todas las experiencias y sensaciones posibles, pero que muy pronto lo llevan a una muerte prematura, casi siempre tràgica. Sin que medie un avance normal de etapas y ciclos que son el proceso lògico de un ser complejo como el hombre, con un instinto animal de reacciòn a impulsos; reflejos condicionados, miedos y amenazas reales o imaginarias.
Estamos enfrentados a un mundo que ya dejò de ser un planeta distante en modas, culturas, hàbitos, noticias, acontecimientos y hechos tràgicos que nos distanciaban. Ya no. Los ultramodernos sistemas de comunicaciòn, y ràpidos medios de transporte, han acercado las antes, aparentes enormes distancias de otra època. Se hacen tan cercanos los sucesos que transcurren entre uno y otro punto del planeta , no obstante existan miles de kiòmetros que los separen. Tiene sentido afirmar que la tierra se ha empequeñecido para las comunidades. Los conceptos de Herbert Marshall McLuhan y su teorìa estrella de una "aldea global" (global village), ya no son una tesis, sino una realidad. Estos aspectos son el resultado inequìvoco de la modernidad. El avance general, acelerado de la tecnologìa sobre cualquier aspecto que involucre la presencia omnìmoda del hombre en la tierra.
Las maravillas tecnològicas estàn acompañadas de la degradaciòn en las costumbres, sustituciòn de valores, la inmediatez de todos los actos ejecutados por el hombre. Ha convertido a la sociedad occidental y en poco tiempo al resto de comunidades que se resisten al cambio, en sociedades cada màs superficiales. Que como aspecto paradòjico avanzan cada dìa màs en lo cientìfico y tecnològico pero se atrasan y estancan en lo cultural y espìritual. El hombre moderno ha alcanzado el nivel màs elevado de tecnologìa en su historia màs reciente pero ha caìdo en las màs deplorable superficialidad, convirtiendo a las modernas sociedades en muchedumbres superfluas y vanidosas.
Viven bajo un sutil pero poderoso mecanismo de adoctrinamiento impulsado por los medios de comunicaciòn, soterrados intereses del establecimiento, ocultos poderes de las èlites financieras e industriales que manejan el planeta, que manipulan el comportamiento y desarrrollo de la sociedad actual. Este aspecto transforma cada vez màs a la sociedad en una muchedumbre superflua, cuyo màximo proyecto de vida es poseer objetos que la tecnologìa fabrica en serie, por miles de millones. Que en pocos meses ya seràn obsoletos. Material reciclable para continuar en la endemoniada megraproducciòn de objetos y artefactos màs modernos. Supuesta "ùltima generaciòn de tecnologìa de punta" pero que en poco tiempo volverà a ser obsoleta, para continuar el ciclo de locura productiva y consumista sin fìn. Delirio dantesco de producciòn cuasi perpetua.
Objetos y artìculos que la poblaciòn cree necesitar de manera imprescindible para vivir. La presiòn social se hace tan intensa que este mecanismo de adoctrinamiento masificado, empuja al gran colectivo a comportarse como seres estandarizados, sin decisiòn propia. Sòlo quieren comprar obljetos de ultima tecnolgìa. Artefactos quizà sin sentido, absurdos pero que las poderosas y subliminales campañas publicitarias, manipulan en las dèbiles mentes de la poblaciòn para adquirirlos como fundamentales para su vida
Cuàntas mentiras engendradas han producido una generaciòn de personas dependientes absolutas de los ùlltimos lanzamientos de la tecnolgia, sin importar el sacrificio, los costes. Las deudas e innumerables horas//dìas de trabajo que deberàn cumplir para costear las costosas e innesarias adquisiciones. Convertidas en esclavitudes modernas, vidas sin sentido para trabajar como esclavos para satisfacer las compulsivas adicciones hacia las modernas tecnologìas.
Observamos a millones de jòvenes intoxicados de modas superfluas, barnizados de vanidad carente de fondo existencial. Sociedad moderna sometida al màs feroz e inmoral maniqueismo comercial, cayendo sin reflexiòn ni anàlisis en una demencial y asfixiante necesidad creada por embrujadoras campañas publicitarias. Para que la juventud compre, y consuma hasta el despilfarro, hartazgo de cosas, objetos que nunca necesitarà para vivir y comunicarse con los demàs. Ahora la juventud està màs aislada, màs solitaria y desdichada que en todas las èpocas no obstante disponer de ultramodernos equipos de comunicaciòn, con los que poco se comunica porque carece de espiritualidad y sentido de vida para expresar sus emociones. Su vacìo existencial es cruel y patètico. En contraposiciòn, se aisla màs, viviendo una soledad màs intensa.
La tecnologìa ha purificado al hombre hasta convertirlo en un objeto desechable que se cambia, tira, explota; desecha, utiliza. Se recicla y moderniza sin cesar como millones de artefactos, equipos y demàs instrumentos que se fabrican sin descanso para alimentar el capitalismo voraz, brutal e insaciable. Terrible encrucijada vive el hombre que no puede detener tan espantosa magaproducciòn porque se detendrìa el mundo y los efectos serìan devastadores en la economìa global. La vida cotidiana de miles de millones de hombres sufrirìa un irremediable colapso. Quizàs serìa la gran revoluciòn que el planeta necesita La primera gran revoluciòn de la postmodernidad del siglo XXI.
Pero la tecnologìa logrò otro milagro de retroceso que ninguna revoluciòn obtuvo: Estandarizò al hombre. Lo transformò en un ser seriado, sin voluntad. Manso y obediente de todas los inventos ùtiles e inùtiles vomitados por la industria. Sin conciencia ni capacidad de decisiòn para cambiar la historia. El hombre moderno quedò deslumbrado e idiotizado por tanta tecnologìa. Pero claro, la sociedad es ahora la màs superflua y vanidosa de cuantas ha tenido la especie desde su advenimiento en el planeta tierra y esto mantiene muy tranquilos y satisfechos a los grandes magnates, banqueros y lìderes secretos que manejan al mundo, con hilos de titiriteros infames.
2 de octubre de 2013
VIDAS BELLAS Y FELICES
La vida, la vida que realmente deberìa vivir el hombre no es esa imagen recreada, maquillada, de una joven pareja, representada en pòsters, vallas publicitarias, folletos y lujosas revistas de vivos colores, alta definiciòn policromàtica con fotografìa de gran calidad, donde aparece ademàs de la joven pareja, dos niños, casi siempre rubios; de sonrisas inmaculadas, representando una comedia de felicidad de ensueño. Tambièn los supuestos padres aparecen con sus sonrisas de lujo: dientes blancos, de belleza perfecta; rostros de seres plenos, vidas realizadas. Caras frescas, donde se lee una breve pàgina de vidas satisfechas con la vida y el medio que les diò poder y riqueza. Las imàgenes de esas publicaciones son casi siempre de familias blancas, rasgos caucàsicos. Por regla general todos tienen ojos azules y cabello rubio. Màs parecen àngeles maniquìes vestidos con ropa de marca que seres humanos reales.
Esa tìpica imagen de familia feliz, sirve como plataforma para exhibir un amplio y lujoso apartamento estilo penthouse, localizado en un moderno edificio de avanzado diseño. Tambièn exhiben amplias y lujosas casas de estilo campestre en conjuntos cerrados y condominios exclusivos. Las construcciones estàn rodeadas de amplios espacios verdes, florecidos jardines, fuentes de agua como ornato. Amplia piscina rodeada de tumbonas para tomar el sol y coloridos parasoles para solaz de los residentes. Son edificios y casas de ensueño donde no falta ni sobra nada porque fueron diseñados por arquitectos y diseñadores de interiores, que asocian la felicidad moderna con el èxito econòmico, unido al lujo, el confort y la belleza artificial en sectores campestres.
Vida plena y feliz asociada a una naturaleza exuberante pero que es màs un adorno porque en esta naturaleza no acecha el peligro. Entre aquellos jardines florecidos, inmensos àrboles de prodigiosa umbrìa, no hay bichos repugnantes. No hay fieras depredadoras. No hay serpientes ni aràcnidos venenosos. En esos bosques sòlo hay pàjaros, agradable vegetaciòn que protege del lejano y agobiante sector urbano, donde reina la contaminaciòn, ruido y masificaciòn en todos los aspectos. En aquellos bosques prefabricados, o al menos las construcciones edificadas entre esos bosques de ensueño, la intenciòn es crear una imagen de modernidad entre una fresca naturaleza rodeada de flores y pàjaros. Lo màs parecido a un paraìso, diseñado por creativos arquitectos que saben que el mercadeo de la naturaleza y confort, en apartamentos lujosos y modernas casas, es un magnìfico negocio que se vende muy bien. Los urbanistas, decoradores y arquitectos han inventado una receta de la felicidad con lugares boscosos, protegidos y vigilados por empresas de seguridad que aislan esos sectores residenciales del resto del mundo.
Lejos del peligro y las acechanzas del mal. Lejos de la plebe, muy alejados de la fealdad y la pobreza. Distantes de la suciedad, la gente vulgar, fea y pobre. En ese edèn sòlo pueden vivir parejas con hijos hermosos y sanos, con finas facciones caucàsicas. Mundos ideales, de parejas bellas, familias felices. Jardines de ensueño. Autòmoviles de moda, de alta gama, marcas exclusivas. Piscinas climatizadas, rodeadas de esplendidos jardines. Jardines infantiles con juegos y equipos exlusivos para niños. Àreas deportivas con canchas de tenis, squash, modernos gimnasios.
Ese mundo perfecto serà habitado por gente bien, personas lindas y exitosas de la sociedad. Allì jamàs viviràn personas de ingresos bajos, los perdedores del sistema. Acaso conoceràn esos sitios pero como jardineros, guardaespaldas, siervientas, choferes, vigilantes u oficios varios. Estaràn en las inmediaciones de aquel mundo pero como lacayos. Convidados de piedra a un mundo donde seràn invisibles. No podràn pertenecer a ese lugar de ensueño en forma real. Sòlo seràn la servidumbre de los triunfadores de la sociedad.
Los pòsters y revistas estandarizados en diversos paìses del mundo que idealizan y venden aquel modelo de vida feliz por parte de empresas inmobiliarias y constructoras, està dirigido al privilegiado sector de los triunfadores del Establecimiento.
Campañas publicitarias de èxito creadas para las clases emergentes: Nuevos ricos, recièn graduados y triunfantes profesionales. Polìticos enriquecidos en el estercolero de la corrupciòn estatal. Acaudalados inversionistas, comerciantes y hombres de negocios de todas los sectores. Nuevos ricos con fortunas de dudosa procedencia, cuyo origen nadie cuestionarà porque lo ùnico importante allì serà el dinero para costear aquel estàndar de vida.
Por ello, esa imagen en fotos de fina policromìa, de suntuosos edificios y elegantes casas, con parejas y familias como las descritas, ademàs de las especificaciones tècnicas como cantidad de metros cuadrados del inmueble, dotaciòn de los mismos y àreas disponibles. Asì mismo sistemas de pago y formas de financiaciòn, detalles adicionales como pequeños mapas de localizaciòn para ubicar la propiedad. Pero lo interesante para analizar de esa publicidad, son los nombres de los conjuntos residenciales, condominios, parcelaciones campestres y edificios en venta asì como las frases publicitarias que los enaltecen a los ojos de los futuros compradores. Los publicitan como sucedàneos de felicidad, clonaciòn de paraìsos de confort y modernismo. Fabricados por el hombre, en medio de la naturaleza, al alcance de los èxitosos, futuros residentes de aquellos paraìsos de concreto y hormigòn.
Los nombres y consignas para mercadear las propiedades son tan absurdos como ridiculos. Ajenos a la realidad del medio donde son construidos, por ejemplo en el caso de Colombia, en ciudades como Medellìn, Bogotà y Cali. Pero el fenòmeno se repite en todo el paìs. Y asì es en todo el mundo donde la "estupidizaciòn globalizada" cada vez gana màs terreno Nombres rebuscados, tan rimbombantes como inverosìmiles. Desligados de la toponimia local. Nombres sin relaciòn alguna con la cultura, la geografia, la historia ni con nada de la ciudad o regiòn donde son construidos. La invenciòn de los rebuscados, anacrònicos e intemporales nombres obedece màs a la "brllante creatividad publicitaria postiza" que intenta impactar en los alelados arribistas, futuros compradores de los inmuebles, con nombres raros pero sonoros. Supuestamente bellos y elegantes pero no son lo uno ni lo otro. Ridìculos y estùpidos, son reflejo del terrible karma de la cultura kitsch, moda arraigada en una sociedad emergente e inculta.
Obsèrvese con atenciòn una muestra de los citados nombres:
"Celeste Resplandor Apartamentos", "Monteparaìso del Bosque", "Boavistaperfecta", "Guayacanes del Edèn", "Olivos de Felicidad", "Living Èxtasis", "Polaris Còsmico", "Ibèrica Feliz", "Cima de Sueños",
"Lemmon Fresh", "Sol de Paz", "Campus Infinitus", "Vigo", "Terra Maravilla", "Magenta", "Arboleda Màgica", "Cyprus Inn", "Aviva", "Belaire", "Fìore", "Savia Country", "White", "Marine Lake", "MillauBellagio" "Ìndigo Arrecife" y cientos , miles de absurdos como raros nombres sin lògica ni sentido comùn.
Innumerables nombres con garrafosos eslogan utilizan para maquillar aquel mundo perfecto. Verdes e impolutos sectores donde el icono creado como atractivo ideal de vida, establecido en el imaginario de miles de personas, es hacerles creer que la felicidad està a unos millones de pesos de su alcance. Semejante sistema publicitario, ha calado con tanta fuerza en ascendentes sectores de las clases medias y medias bajas, que sueñan, luchan y tienen como derrotero de vida lograr tener un apartamento o casa en aquellos bellos bosques y florecidos jardines, donde todos parecen ser èxitosos, bellos y maravillosos. Entonces para ellos tambièn es posible la felicidad.
Lo que miles de personas jamàs entenderàn es còmo aquellos plàcidos sectores, ubicados casi siempre en la periferia de las ciudades, son mundos a los que ellos nunca accederàn. Y de lograrlo, pronto comprobaràn con amargura que son mundos donde ellos no pertenecen ni jamàs seràn aceptados. Fueron creados para personas que viven una irrealidad social, su propia mentira: porque son seres aturdidos en burbujas de apariencias, bùsqueda desenfrenada de objetos y riquezas, ascenso social y econòmico implacable; escalera arribista a la vanidad de fatuo esplendor, edificada sobre el egoismo, la soberbia, crisis de valores, decadencia espìritual, irreversible descomposiciòn social. Desoladora insensiblidad e indiferencia hacia los miserables. Irrealidad, ficciòn, oportunismo mercantil e ilusiòn, pero ante todo la codicia, inventaron esos microuniversos ficticios de paz, vidas perfectas de belleza y felicidad. Paraìsos artificiales diseñados por astutos empresarios y codiciosos inversionistas , quienes han creado esos mundos artificiales de perfecciòn, felicidad, paz y bienestar. Para gentes lindas, la gente bien de la sociedad. Para parejas recièn casadas y con hijos pequeños. Bellas parejas, èxitosas, optimistas. Las familias maravillosas que rigen los destinos de la sociedad y el establecimiento. Obsesionadas por comprar y poseer paraìsos de concreto, hormigòn, màrmol; materiales sintèticos de lujo y deslumbrantes colores. Mentiras de felicidad y belleza, vendidas con ingenio mercantilista por intrèpidos agentes inmobiliarios y poderosos grupos de empresas constructoras.
La gran mayorìa de personas que lee esas publicaciones impresas, a travès de la televisòn, internet y otros medios de difusiòn, nunca vivirà ni conocerà esos lugares, màs que en las lujosas revistas que obsequian para cautivar a incautos , arribistas, trepadores sociales y nuevos ricos. En el fondo, muchos de los habitantes de las barriadas donde la vida es dura. Cruel enfrentamiento diario con carencias, frustraciòn, exclusiòn social y econòmica , violencia sin tregua. Los habitantes de aquellos sectores saben que nunca saldràn de esos densos sectores y aunque quieran escapar de esos cinturones de miseria y pobreza y anhelen huir de las crisis del mundo moderno. Alejarse de la descomposiciòn social que azota los congestionados barrios, plagados de delincuencia, miseria, ruido y contaminaciòn. Pero ellos tienen la certeza ancestral que jamàs lo lograràn.
Pero para miles, millones de personas que continùan concentradas en densos sectores pobres, marginales, esos mundos bellos y perfectos seràn una utopìa, remotas fantasìas en vivos colores que siempre veràn como lo que son: una ficciòn vendida para los ricos, los de alto poder adquisitivo y los trepadores sociales de estrato medio alto que pelean a dentelladas, como pirañas contra tiburones para convertirse algùn dìa en personas ricas y poderosas. Para los excluìdos serà una realidad extraña pero bonita. Tan lejana que serà un sueño, un sueño y nada màs. Bien diseñada aunque parezca mentira, pero una verdad lejana a ellos. Un sueño de mentira. Pero para los que creyeron en ella y lograron comprarla, serà una policromosa mentira como tantas que compran, mandan a fabricar o buscan la publicidad para que se las invente. Lucrativo negocio que enriquece cada vez màs a otros ricos, que tambièn inventan, negocian, mercadean y promocionan mentiras y màs mentiras porque sus vidas son tambièn una mentira que produce fortunas. Con los sueños, vacìos existenciales, traumas, complejos sociales y pesadillas de los demàs.
Perversa pero lucrativa empresa de inventar y promocionar el ideal de felicidad en amplios apartamentos y espaciosos lugares donde muy pocos podràn vivir. Aquellos empalagosos nombres de los edificios, unidades habitacionales cerradas, conjuntos residenciales, parcelaciones exclusivas, son como un antìdoto que los diferencia, los hace màs selectos y diferentes a los que no pertenecen a ese ideal sonrosado de alegrìa y plàstica bellleza. Zonas alejadas de todo, de todos los que no pertenezcan a esa bella y exitosa clase social que està "màs allà del mundanal ruido". Establecen con consignas garrafosas como las antes citadas y otras que llaman a una reflexiòn, un inquietante condicionamiento social, arbitrario e insòlito que ha llevado a la sociedad a extremismos sociales de exclusiòn cada vez màs difìciles de superar.
" Dè un paso adelante hacia la felicidad"... "La oportunidad para cambiar tu vida"... "Vive, siente y disfruta de un nuevo paraìso"... "Alcanza tus sueños en un màgico jardìn".... "Una nueva vida florece para tu familia"...
"Tu vida renace sòlo en el norte"... "Sièntete tranquilo que los milagros existen y la felicidad està a tu alcance"..."Los sueños hechos realidad sì existen porque nosotros te los construimos para que vivas en el paraiso"...."La vida te regala momentos inolvidables y tambièn el paraiso puede ser tuyo. Si quieres comprarlo, puedes hacerlo con facilidades de pago......"
Esa tìpica imagen de familia feliz, sirve como plataforma para exhibir un amplio y lujoso apartamento estilo penthouse, localizado en un moderno edificio de avanzado diseño. Tambièn exhiben amplias y lujosas casas de estilo campestre en conjuntos cerrados y condominios exclusivos. Las construcciones estàn rodeadas de amplios espacios verdes, florecidos jardines, fuentes de agua como ornato. Amplia piscina rodeada de tumbonas para tomar el sol y coloridos parasoles para solaz de los residentes. Son edificios y casas de ensueño donde no falta ni sobra nada porque fueron diseñados por arquitectos y diseñadores de interiores, que asocian la felicidad moderna con el èxito econòmico, unido al lujo, el confort y la belleza artificial en sectores campestres.
Vida plena y feliz asociada a una naturaleza exuberante pero que es màs un adorno porque en esta naturaleza no acecha el peligro. Entre aquellos jardines florecidos, inmensos àrboles de prodigiosa umbrìa, no hay bichos repugnantes. No hay fieras depredadoras. No hay serpientes ni aràcnidos venenosos. En esos bosques sòlo hay pàjaros, agradable vegetaciòn que protege del lejano y agobiante sector urbano, donde reina la contaminaciòn, ruido y masificaciòn en todos los aspectos. En aquellos bosques prefabricados, o al menos las construcciones edificadas entre esos bosques de ensueño, la intenciòn es crear una imagen de modernidad entre una fresca naturaleza rodeada de flores y pàjaros. Lo màs parecido a un paraìso, diseñado por creativos arquitectos que saben que el mercadeo de la naturaleza y confort, en apartamentos lujosos y modernas casas, es un magnìfico negocio que se vende muy bien. Los urbanistas, decoradores y arquitectos han inventado una receta de la felicidad con lugares boscosos, protegidos y vigilados por empresas de seguridad que aislan esos sectores residenciales del resto del mundo.
Lejos del peligro y las acechanzas del mal. Lejos de la plebe, muy alejados de la fealdad y la pobreza. Distantes de la suciedad, la gente vulgar, fea y pobre. En ese edèn sòlo pueden vivir parejas con hijos hermosos y sanos, con finas facciones caucàsicas. Mundos ideales, de parejas bellas, familias felices. Jardines de ensueño. Autòmoviles de moda, de alta gama, marcas exclusivas. Piscinas climatizadas, rodeadas de esplendidos jardines. Jardines infantiles con juegos y equipos exlusivos para niños. Àreas deportivas con canchas de tenis, squash, modernos gimnasios.
Ese mundo perfecto serà habitado por gente bien, personas lindas y exitosas de la sociedad. Allì jamàs viviràn personas de ingresos bajos, los perdedores del sistema. Acaso conoceràn esos sitios pero como jardineros, guardaespaldas, siervientas, choferes, vigilantes u oficios varios. Estaràn en las inmediaciones de aquel mundo pero como lacayos. Convidados de piedra a un mundo donde seràn invisibles. No podràn pertenecer a ese lugar de ensueño en forma real. Sòlo seràn la servidumbre de los triunfadores de la sociedad.
Los pòsters y revistas estandarizados en diversos paìses del mundo que idealizan y venden aquel modelo de vida feliz por parte de empresas inmobiliarias y constructoras, està dirigido al privilegiado sector de los triunfadores del Establecimiento.
Campañas publicitarias de èxito creadas para las clases emergentes: Nuevos ricos, recièn graduados y triunfantes profesionales. Polìticos enriquecidos en el estercolero de la corrupciòn estatal. Acaudalados inversionistas, comerciantes y hombres de negocios de todas los sectores. Nuevos ricos con fortunas de dudosa procedencia, cuyo origen nadie cuestionarà porque lo ùnico importante allì serà el dinero para costear aquel estàndar de vida.
Por ello, esa imagen en fotos de fina policromìa, de suntuosos edificios y elegantes casas, con parejas y familias como las descritas, ademàs de las especificaciones tècnicas como cantidad de metros cuadrados del inmueble, dotaciòn de los mismos y àreas disponibles. Asì mismo sistemas de pago y formas de financiaciòn, detalles adicionales como pequeños mapas de localizaciòn para ubicar la propiedad. Pero lo interesante para analizar de esa publicidad, son los nombres de los conjuntos residenciales, condominios, parcelaciones campestres y edificios en venta asì como las frases publicitarias que los enaltecen a los ojos de los futuros compradores. Los publicitan como sucedàneos de felicidad, clonaciòn de paraìsos de confort y modernismo. Fabricados por el hombre, en medio de la naturaleza, al alcance de los èxitosos, futuros residentes de aquellos paraìsos de concreto y hormigòn.
Los nombres y consignas para mercadear las propiedades son tan absurdos como ridiculos. Ajenos a la realidad del medio donde son construidos, por ejemplo en el caso de Colombia, en ciudades como Medellìn, Bogotà y Cali. Pero el fenòmeno se repite en todo el paìs. Y asì es en todo el mundo donde la "estupidizaciòn globalizada" cada vez gana màs terreno Nombres rebuscados, tan rimbombantes como inverosìmiles. Desligados de la toponimia local. Nombres sin relaciòn alguna con la cultura, la geografia, la historia ni con nada de la ciudad o regiòn donde son construidos. La invenciòn de los rebuscados, anacrònicos e intemporales nombres obedece màs a la "brllante creatividad publicitaria postiza" que intenta impactar en los alelados arribistas, futuros compradores de los inmuebles, con nombres raros pero sonoros. Supuestamente bellos y elegantes pero no son lo uno ni lo otro. Ridìculos y estùpidos, son reflejo del terrible karma de la cultura kitsch, moda arraigada en una sociedad emergente e inculta.
Obsèrvese con atenciòn una muestra de los citados nombres:
"Celeste Resplandor Apartamentos", "Monteparaìso del Bosque", "Boavistaperfecta", "Guayacanes del Edèn", "Olivos de Felicidad", "Living Èxtasis", "Polaris Còsmico", "Ibèrica Feliz", "Cima de Sueños",
"Lemmon Fresh", "Sol de Paz", "Campus Infinitus", "Vigo", "Terra Maravilla", "Magenta", "Arboleda Màgica", "Cyprus Inn", "Aviva", "Belaire", "Fìore", "Savia Country", "White", "Marine Lake", "MillauBellagio" "Ìndigo Arrecife" y cientos , miles de absurdos como raros nombres sin lògica ni sentido comùn.
Innumerables nombres con garrafosos eslogan utilizan para maquillar aquel mundo perfecto. Verdes e impolutos sectores donde el icono creado como atractivo ideal de vida, establecido en el imaginario de miles de personas, es hacerles creer que la felicidad està a unos millones de pesos de su alcance. Semejante sistema publicitario, ha calado con tanta fuerza en ascendentes sectores de las clases medias y medias bajas, que sueñan, luchan y tienen como derrotero de vida lograr tener un apartamento o casa en aquellos bellos bosques y florecidos jardines, donde todos parecen ser èxitosos, bellos y maravillosos. Entonces para ellos tambièn es posible la felicidad.
Lo que miles de personas jamàs entenderàn es còmo aquellos plàcidos sectores, ubicados casi siempre en la periferia de las ciudades, son mundos a los que ellos nunca accederàn. Y de lograrlo, pronto comprobaràn con amargura que son mundos donde ellos no pertenecen ni jamàs seràn aceptados. Fueron creados para personas que viven una irrealidad social, su propia mentira: porque son seres aturdidos en burbujas de apariencias, bùsqueda desenfrenada de objetos y riquezas, ascenso social y econòmico implacable; escalera arribista a la vanidad de fatuo esplendor, edificada sobre el egoismo, la soberbia, crisis de valores, decadencia espìritual, irreversible descomposiciòn social. Desoladora insensiblidad e indiferencia hacia los miserables. Irrealidad, ficciòn, oportunismo mercantil e ilusiòn, pero ante todo la codicia, inventaron esos microuniversos ficticios de paz, vidas perfectas de belleza y felicidad. Paraìsos artificiales diseñados por astutos empresarios y codiciosos inversionistas , quienes han creado esos mundos artificiales de perfecciòn, felicidad, paz y bienestar. Para gentes lindas, la gente bien de la sociedad. Para parejas recièn casadas y con hijos pequeños. Bellas parejas, èxitosas, optimistas. Las familias maravillosas que rigen los destinos de la sociedad y el establecimiento. Obsesionadas por comprar y poseer paraìsos de concreto, hormigòn, màrmol; materiales sintèticos de lujo y deslumbrantes colores. Mentiras de felicidad y belleza, vendidas con ingenio mercantilista por intrèpidos agentes inmobiliarios y poderosos grupos de empresas constructoras.
La gran mayorìa de personas que lee esas publicaciones impresas, a travès de la televisòn, internet y otros medios de difusiòn, nunca vivirà ni conocerà esos lugares, màs que en las lujosas revistas que obsequian para cautivar a incautos , arribistas, trepadores sociales y nuevos ricos. En el fondo, muchos de los habitantes de las barriadas donde la vida es dura. Cruel enfrentamiento diario con carencias, frustraciòn, exclusiòn social y econòmica , violencia sin tregua. Los habitantes de aquellos sectores saben que nunca saldràn de esos densos sectores y aunque quieran escapar de esos cinturones de miseria y pobreza y anhelen huir de las crisis del mundo moderno. Alejarse de la descomposiciòn social que azota los congestionados barrios, plagados de delincuencia, miseria, ruido y contaminaciòn. Pero ellos tienen la certeza ancestral que jamàs lo lograràn.
Pero para miles, millones de personas que continùan concentradas en densos sectores pobres, marginales, esos mundos bellos y perfectos seràn una utopìa, remotas fantasìas en vivos colores que siempre veràn como lo que son: una ficciòn vendida para los ricos, los de alto poder adquisitivo y los trepadores sociales de estrato medio alto que pelean a dentelladas, como pirañas contra tiburones para convertirse algùn dìa en personas ricas y poderosas. Para los excluìdos serà una realidad extraña pero bonita. Tan lejana que serà un sueño, un sueño y nada màs. Bien diseñada aunque parezca mentira, pero una verdad lejana a ellos. Un sueño de mentira. Pero para los que creyeron en ella y lograron comprarla, serà una policromosa mentira como tantas que compran, mandan a fabricar o buscan la publicidad para que se las invente. Lucrativo negocio que enriquece cada vez màs a otros ricos, que tambièn inventan, negocian, mercadean y promocionan mentiras y màs mentiras porque sus vidas son tambièn una mentira que produce fortunas. Con los sueños, vacìos existenciales, traumas, complejos sociales y pesadillas de los demàs.
Perversa pero lucrativa empresa de inventar y promocionar el ideal de felicidad en amplios apartamentos y espaciosos lugares donde muy pocos podràn vivir. Aquellos empalagosos nombres de los edificios, unidades habitacionales cerradas, conjuntos residenciales, parcelaciones exclusivas, son como un antìdoto que los diferencia, los hace màs selectos y diferentes a los que no pertenecen a ese ideal sonrosado de alegrìa y plàstica bellleza. Zonas alejadas de todo, de todos los que no pertenezcan a esa bella y exitosa clase social que està "màs allà del mundanal ruido". Establecen con consignas garrafosas como las antes citadas y otras que llaman a una reflexiòn, un inquietante condicionamiento social, arbitrario e insòlito que ha llevado a la sociedad a extremismos sociales de exclusiòn cada vez màs difìciles de superar.
" Dè un paso adelante hacia la felicidad"... "La oportunidad para cambiar tu vida"... "Vive, siente y disfruta de un nuevo paraìso"... "Alcanza tus sueños en un màgico jardìn".... "Una nueva vida florece para tu familia"...
"Tu vida renace sòlo en el norte"... "Sièntete tranquilo que los milagros existen y la felicidad està a tu alcance"..."Los sueños hechos realidad sì existen porque nosotros te los construimos para que vivas en el paraiso"...."La vida te regala momentos inolvidables y tambièn el paraiso puede ser tuyo. Si quieres comprarlo, puedes hacerlo con facilidades de pago......"
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