Llega un momento en nuestras vidas cuando nos enfrentamos con lo inevitable. Es el instante en que ya todo està definido, no hay màs alternativa que enfrentar el destino. Y de manera de enfrentarlo, podrà definirse el grado de valentìa, la gallardìa para hacer frente a los hechos. O quedarà en evidencia la cobardìa màs deplorable y humillante que nos hundirà en la contricciòn de no haber tenido valor para enfrentar los retos del destino.
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