¡Cuànta sangre perdida
en demenciales guerras!
¡Cuànta sangre coagulada
en los campos de batalla!
cuando al irrumpir el alba
mientras el sol aparece lànguido de un cercano oriente/
aparecen los cuerpos de miles de muertos/
Sòlo queda un nauseabundo sangriento campo
de miles de hombres asesinados/
con esos ojos vacìos de los muertos
que sòlo ven la nada de la muerte
Sobre aquèllos incontables cuerpos
manchados de rojo lìquido coagulado/
millones de negras moscas carroñeras
ejecutan con macabra precisiòn la danza
de infinitos vuelos musicalizados de zumbidos/
aquelarre de insectos en el festìn de aquella carne en pudriciòn/
sangre derramada ahora putrefacta sangre coagulada
Sòlo se escucha
el ensordecedor fùnebre zumbido de la muerte/
sòlo se advierte la vida infame de millones de negras moscas carroñeras
en la bacanal abyecta de la vida de alimentarse con la carne muerta/
Marcha de tragedia con millones de moscas
agitàndose con ritmo alucinante de locura sobre aquèllos cadàveres
tendidos sobre la tierra en miles de charcas de su propia sangre/
Ràpido es el ciclo de putrefacciòn de un cadàver/ cruel es el fìn del hombre
ya se agitan en el firmamento las aves carroñeras/
ya los huevos de las moscas germinan en larvas que pronto seràn gusanos/
Sangre derramada para que sea victoria de la muerte invicta
y el ciclo biològico de natura sea mortal/ desolador fin de la existencia humana
( - - Poema inèdito, del libro tambièn inèdito, SALDOS TRAGICOS,
escrito en San Andrès Isla, 1994 - - )
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